Examinemos a los profesores…

Siempre he pensado que el sistema educativo tradicional no funciona. En nuestro sistema educativo sólo se examina a los alumnos, no a los profesores.

En el proceso de formación intervienen principalmente dos actores: el profesor y el alumno. En España sólo se evalúa la capacidad de aprender, pero no la capacidad de enseñar. Por eso, hay profesores que presumen de tener un elevado índice de suspensos. Igual que un alumno es mejor estudiante en tanto que saca mejores notas (lo cual explica que ha aprendido más), un profesor será mejor enseñante, en tanto que el número de alumnos que aprueben sea mayor (lo cual demuestra que ha enseñado mejor).

Lo idóneo sería que el profesor enseñara y que un tribunal ajeno al profesor fuese el que examinara. De esta manera estaríamos a la vez evaluando al alumno y a su profesor. Y como resultado tendríamos un sistema educativo más eficaz y más justo. Porque… ¿cómo es posible que en un aula determinada, por ejemplo en el segundo B de ESO del instituto X haya un 80% de aprobados en matemáticas; y por ejemplo en el segundo C de ESO del instituto Y haya un 40% de aprobados en la misma asignatura? Si el temario impartido es el mismo, lo lógico sería que hubiese un porcentaje muy parecido de aprobados en todas las aulas y en esa asignatura, ya que las aulas se conforman de manera aleatoria y por tanto, debería de haber, salvo excepciones, una mezcla heterogénea de alumnos.

Si se disociara la enseñanza de la evaluación, en pocos años conseguiríamos que el nivel formativo de nuestra sociedad mejorara, y en consecuencia, en el futuro tendríamos mejores políticos que ahora.

¡Joder, al final tuvieron que salir los políticos…! ¡Están por todas partes! ¿Será que hay demasiados…?

4 comentarios en “Examinemos a los profesores…

  1. Arenas movedizas, amigo Manu, creo que con este comentario estas metiendo el pie en una trampa mortal. Lo digo porque de forma tan acertada como indirecta estás haciendo una crítica al sistema educativo que disfrutamos (o sufrimos) en nuestro país. Lo de arenas movedizas viene porque si digo que los profesores de nuestros centros públicos solamente son evaluados cuando aprueban su oposición, estoy metiéndome de lleno en un terreno peligroso que si no me cuesta la vida si pudiera costarme la antipatía eterna por parte de muchos enseñantes.
    Respecto a los examinadores externos, hasta los años sesenta había las reválidas. Creo que había dos entre primaria y secundaria y entre esta y bachiller ( hablo de oídas). El fin de estos exámenes es discriminar (término maldito a día de hoy) quienes están preparados de los que no lo están para pasar de etapa.
    Pues como lo de discriminar está tan mal visto hoy, ahora sólo tenemos la PAU (acceso universitario) que aprueban más del 90 por ciento de los que se presentan. O sea, que poco discrimina, o lo que es lo mismo, de poco vale…

    Un abrazo

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    • Hola de nuevo, amigo.

      Cuando digo que se debería separar la enseñanza de la evaluación, no me refiero a hacer una prueba previa a los cambios de ciclos formativos, sino a las pruebas de evaluación de cada curso. Los profesores que enseñan deberían hacer durante el curso una serie de exámenes de control, o lo que se conoce como “controles”, pero las evaluaciones finales de cada asignatura y de cada curso deberían estar basadas en pruebas propuestas y corregidas por un tercero. Así, estaríamos asegurándonos de que todos los profesores van a enseñar las mismas materias en todas partes y que éstos van a hacer el esfuerzo necesario y suficiente para que todos los alumnos aprendan lo máximo posible.

      Una vez más, gracias por tu acertado comentario.
      Manu

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  2. Totalmente de acuerdo en que se examine a profesores a la par que a los alumnos.
    En cuanto a por qué aprueban un 80% en un aula y un 40% en otra,creo que por desgracia las clases no se conforman de forma aleatoria.Lo hacen de manera que siempre estará la clase de alumnos «problemáticos» y los alumnos «ejemplares».Al menos eso he vivido yo en los años de estudios de mis hijas.Una demostración más de que esto va muy mal.
    Esto debe cambiar.

    Besos.

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